Publicada por vez primera en 1919, el pormenorizado períodico del viaje que Katherine Routledge y su marido hicieron en 1914 con objetivos de investigación a la isla de Pascua, Sudamérica y la Patagonia no tardó en revelarse clave para el avance de muchas teorías sociales, culturales y antropológicas relacionadas con la isla. Esta intrépida aventurera logró catalogar por lo menos cien años de la historia oral de Rapa Nui mediante escritos, fotografías, dibujos, listas de vocabulario, mapas y árboles genealógicos. Sin su intervención, gran parte del conocimiento sobre los ritos de los viejos pobladores del «ombligo del mundo» se habría perdido para toda la vida. Routledge y sus compañeros del Mana exploraron las grutas secretas, las viejas ruinas y las extrañas esculturas colosales de la isla. Pero más allá de que estos emblemáticos gigantes de piedra formaban el interés inicial de aquella expedición, de a poco este fue derivando hacia los propios originarios y la memoria viva de sus leyendas, mitos y tradiciones, que transmitían por tradición oral. Según los aborígenes que han recibido al pequeño navío inglés, aquella mujer de pelo rubio y ojos claros era poseedora del «mana», el don sobrenatural que de acuerdo a sus creencias está que se encuentra en rocas, plantas, animales y seres humanos. Aunque charlaba solo un poco de español y ignoraba el idioma autóctono, su aptitud de escuchar y su inusitado interés por saber en la tradición pascuense y preservarla le valió el respeto de los pobladores de la isla. El libro que publicó relatando su experiencia bajo el título The Mystery of Easter Island: The Story of an Expedition seguía la estela de las más famosas novelas de aventuras en alta mar y tuvo mucho éxito de público debido exactamente a este motivo. La autora aseguró que escribiría una segunda parte más centrada en el aspecto científico pero no llegó a llevarlo a cabo nunca.