El Mago De La Guerra

Jasper Maskelyne fue entre los magos británicos más conocidos del siglo XX, criado en una familia de conocidos ilusionistas inventores de artefactos de magia que a todos nos suenan actualmente. Al reventar la segunda guerra mundial ofreció con empeño patriótico sus servicios al ejército inglés con la iniciativa de que su magia podía ser muy útil en el campo de batalla. Pese a las continuas reticencias, logró ser destinado en el norte de África justo cuando los británicos se batían en retirada y el Afrika Korps alemán asediaba El Cairo. Frente a la desesperada situación por la potencia y increíble preparación de la maquinaria de guerra nazi, apuntada por el mariscal Rommel, apodado el zorro del desierto, próximamente el mando inglés se agarra a toda oportunidad para llevar a cabo frente a la inversa y se fraguan ciertas sugerencias de Maskelyne: armar ejércitos falsos, distraer con trucos de ilusionismos, seducir a potenciales socios con espectáculos de magia y hasta llevar a cabo desaparecer objetivos vitales a la vista del enemigo; la guerra como un juego de magia.
A través de sus trucos Maskelyne se convirtió en el mago de la guerra y en un héroe con la capacidad de mentir al ejército nazi desviando sus duros bombardeos a un falso puerto de Alejandría, llevar a cabo desaparecer el Canal de Suez a la vista aérea, distraer a los radio-espías alemanes en el transcurso de un espectáculo en el Palacio Real de El Cairo o hallar el acompañamiento de un jefe indígena en un asombroso duelo de magos entre Oriente y Occidente. Después llegaría su definitiva y enorme hazaña en la batalla de El Alamein, vital para la victoria británica y que cambió, como por arte de magia, el signo de la guerra contra el ejército nazi.