Una novela intensa sobre los límites inciertos de la identidad, con el sello de uno de los grandes prosistas chilenos del siglo XX.
Juego implícito con la ambigüedad de los sexos, esta novela corto e intensa de 1966, que Jose Ocurrente consideraba la más acabada de las suyas, transcurre en un prostíbulo de pueblo, especie de infierno anodino donde convergen las pasiones eróticas y los sórdidos juegos de poder que suelen marcar los territorios degradados.
La conflitiva historia de la Manuela, el homosexual travestido que regenta el burdel, va desvelando los secretos que se ocultan detrás de las apariencias, al tiempo que expone a una sociedad sumida en la caída y la indecisión.
La crítica dijo:
« El sitio sin límitesprosigue sosteniendo un espéculo en el que es doloroso mirarse.»
Patricio Pron