La pintura de Amalia Avia se centró eminentemente en la ciudad de La capital española, de la que retrató sus calles, sus comercios y las fachadas deterioradas por el correr del tiempo. Su primera temporada tuvo un ingrediente mucho más popular, con presencia de la figura humana, que poco a poco fue desapareciendo. En los años ochenta comenzó a trabajar también en interiores. Lo que mucho más le preocupaba a la artista era ser capaz de reflejar la huella de lo humano, de esas otras vidas anónimas. Esta publicación aborda la obra de Amalia Avia desde una nueva perspectiva, realizando hincapié en su forma de trabajar: fotografiaba en blanco y negro las calles y los lugares de La capital española y, tras efectuar, habitualmente, collages con esas fotografías “construyendo” la imagen del cuadro, procedía a pintar. “Amalia Avia es la pintora de las ausencias, la amarga cronista del ‘por aquí pasó la vida marcando su amargura y también inevitable huella de dolor’”, escribió sobre ella Camilo José Cela. La exposición se inaugura en el mes de septiembre en la Sala Alcalá 31.