Creadora de un universo obsesivo y poseedora de una escritura de exigencia, economía y agudeza notables, Yoko Ogawa, autora de culto en El país nipón, Francia y Alemania, merced a esta obra, que vendió mucho más de 300.000 ejemplares y que fue premiada con el prestigioso Premio Akutagawa en 1991, logró situarse en el lugar más importante en las letras niponas.
En El embarazo de mi hermana la narradora nos detalla, con insólito talento y bajo forma de diario, el embarazo de su hermana mayor; y lo hace de una forma aparentemente fría y analítica aunque no exenta de ironía. De este modo, pasada la fase de las nauseas, la embarazada recupera su insaciable apetito y se pone a engullir compulsivamente una mermelada de pomelo que le prepara su hermana, episodio clave que va a llevar el relato a un inesperado desenlace.
Metáfora de la soledad y del sentimiento de pérdida para la mujer de Japón de hoy en día, esta parábola se comienza leyendo con fascinación y luego no sin algo de pavor.