El libro de cabecera de una nueva generación.
Amparándose en la coartada del terrorismo, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la independencia de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y obscura, que bien podría hallarse en cualquier obra actual, forma parte de todos modos a esta novela redactada por Margaret Atwood a inicios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con atractiva premonición una amenaza latente en el planeta de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred solo se utiliza para reproducirse, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se subleva -o si, admitiendo colaborar a regañadientes, no es con la capacidad de concebir- le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los restos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más mínimos datos de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, no un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de un individuo. Y mucho menos su deseo.
Los peligros inherentes a combinar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan solo una exhibe de los temas que aborda este relato desgarrador, aliñado con el sutil sarcasmo que forma la señal de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el pasar de los años, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la capacidad de su prosa.
La crítica ha dicho…
«Margaret Atwood no solo es una escritora brillante, es también entre las más premiadas, de más éxito de nuestros tiempos. Se convirtió enunaintelectuala la que varios recurrimos en pos de contestación, como una suerte de visionaria.»
Sandra Sabaté, El intermedio
«Una novelaextraordinaria llamada a ocurrir a la de Orwell como metáfora del futuro inmediato. Si en 1984 se fabuló la presencia de un GranHermano que, a nuestros ojos, es sinónimo de telecontroly drones y telerrealidad; podría decirse que El cuento de la criada adelanta la obsesión actual por la fertilidad, en un contexto de extremismo religioso que también nos es sospechosamente familiar.»
Jorge Carrión, La Vanguardia
«Es una joya que merece ser leída, incluso más allá de que se haya visto la serie. Yo la leí hace años y me pareció buena, muy bien redactada y una historia brutal pero absolutamente inverosímil. En este momento sin embargo, en el momento en que la relees descubres síntomas inquietantes de nuestro tiempo. De qué manera la historia -de la humanidad por norma general y de las mujeres particularmente- dapasosde gigante hacia adelante y de repente, en un tiempo reducido, todo se va al traste. Deja mal cuerpo, aviso.»
El País
«El cuento de la criada es la narración de la pérdida de unas libertades que suponemos inalienables. Aunque fue anunciado hace algo más de 30 años y el régimen que lo inspiró (la de esta forma llamada República Democráticade Alemania) por el momento no existe, el libro es leído hoy día como una obra completamente actual en no menor medida debido a que los hechos recientes semejan poner de manifiesto que Gilead por el momento no es solo una distopía literaria, sino una posibilidad.»
Babelia
«Merece un espacio de honor en el reducido estante reservado a las obras de literatura anticipatoria que han conseguido ser parte del folclore moderno.»
Publishers Weekly
