En el verano de 1915, cinco víctimas entre ellas dos pequeñas y una mujer preñada fueron masacradas a hachazos en una finca remota de un ayuntamiento fronterizo al nordoeste de Cáceres, y como consecuencia cinco campesinos del sitio fueron arrestados y condenados a cadena perpetua. La condena fue el inicio de un largo desarrollo de búsqueda de la verdad protagonizado por los abogados defensores, convencidos de la inocencia de sus defendidos y de que se había cometido un gravísimo fallo judicial. E incluso de que todo aquello podía ser parte de una trama considerablemente más oscura y atroz que el propio crimen. La situacion adquirió tanta importancia que llegó a poner a prueba la estabilidad del sistema político y judicial de la Restauración, viéndose comprometidos de una forma u otro individuos y también instituciones de la época así como Miguel de Unamuno, el PSOE, el movimiento feminista, la masonería o el mismísimo rey Alfonso XIII.En esta obra, Luis Roso, natural del pueblo donde sucedió el crimen, deja de lado la literatura de ficción para transformarse él mismo en investigador, asumiendo la excepcional responsabilidad de resarcir el mal y la memoria de las víctimas, los acusados y sus familiares tras mucho más de un siglo de falsedades, de olvido y de silencio.
