La audaz hipótesis que propone este libro es que el mandala budista –quizá la manifestación mucho más característica del pensamiento y el arte sagrado asiáticos– tiene un origen completamente distinto y distante de su ambiente cultural: un origen que se remonta a la Grecia del siglo I a. C. Los diagramas sapienciales gnósticos descritos en el primer volumen, con el subtítulo «Diagramas del conocimiento en el mitraísmo, el gnosticismo, el cristianismo y el maniqueísmo», debieron efectuar un largo viaje por medio de los siglos y la geografía hasta dar origen al mandala budista. Este segundo volumen recopila las etapas mucho más bellas y sugerentes de ese periplo: las sostenidas en las concomitancias de las diversas academias escépticas con la filosofía clásica budista y las que se sostienen en el florecimiento del arte grecobúdico de Gandhara. A continuación, el autor realiza una pormenorizada exposición de ámbas aplicaciones mucho más logradas del mandala: el tantra de Kalachakra y El libro tibetano de los fallecidos. Con El círculo de la Sabiduría, el autor hizo un pasmante trabajo de arqueología cultural que le ha llevado mucho más de diez años de investigación. Una obra monumental que, en su grupo, es una de las aportaciones mucho más valiosas realizadas en España al estudio del arte y el pensamiento orientales