La historia comienza con el hallazgo del cuerpo de Patric Provost, un empresario local de Belle-Île, flotando cerca de Concarneau. Provost, conocido por su carácter autoritario y su influencia en la isla, había acumulado una considerable fortuna a través de la propiedad de tierras, edificios y, sorprendentemente, una explotación de ovejas. La investigación inicial sugiere un simple asesinato, pero Dupin, acompañado por sus ayudantes, pronto se da cuenta de que hay más en juego de lo que parece. Descubren que una de sus ovejas ha sobrevivido al ataque, una anomalía que despierta la sospecha de Dupin. A través de una investigación minuciosa, descubren que Islonk, una pequeña aldea pesquera ubicada en el suroeste de la isla, era propiedad exclusiva del difunto. Este descubrimiento revela una red de conexiones entre Provost y otros personajes influyentes en Belle-Île.
La investigación se complica aún más con la aparición de otra víctima, confirmando la existencia de un clima de peligro. La situación se agrava con el secuestro de un individuo, incrementando la tensión y haciendo que el tiempo se agote para Dupin. Se revela que la ex esposa de Provost, con la que llevaba veinte años separado, aunque no estaban divorciados, y la regidora de la isla, impulsada por un ambicioso proyecto de energía verde que prometía independencia energética para Belle-Île, son las principales beneficiarias de su herencia. Ambos personajes se muestran ambiciosos y despiadados, lo que complica aún más la investigación y aumenta la tensión en torno al caso. La novela explora las consecuencias de la ambición y del poder, mostrando cómo estas fuerzas pueden contaminar incluso los entornos más idílicos. La presencia de personajes como la regidora, con su proyecto de energía, introduce un elemento contemporáneo y añade otra capa de complejidad a la trama.
El Comisario Dupin se encuentra inmerso en un caso que rápidamente se convierte en una espiral de intrigas y posibles conspiraciones. El hallazgo del cadáver de Patric Provost no es solo un asesinato, sino el detonante de una investigación que revela las profundas divisiones y ambiciones dentro de la pequeña comunidad de Belle-Île. La investigación de Dupin se centra en desentrañar la red de relaciones que rodeaban a Provost, con la ayuda de sus fieles yacebros. La ex esposa de Provost se muestra particularmente intrigante, a pesar de su aparente desinterés y vulnerabilidad, y su conocimiento de los negocios del difunto se convierte en una pista clave. La regidora, con su proyecto de energía verde, representa otra faceta del poder y la ambición que influyen en los acontecimientos.
La acción se intensifica con el secuestro, y Dupin dedica sus escasos pero valiosos recursos para rastrear a los responsables y rescatar a la víctima. La estrategia de Dupin, basada en la observación y la deducción, le permite descartar rápidamenteic hipótesis y identificar los verdaderos motivos del secuestro. A pesar de la presión del tiempo, y ante la oposición de ciertos individuos que buscan proteger sus intereses, Dupin logra descifrar los enigmas y desvelar la verdad detrás de los crimenes. La resolución del caso, como es habitual en las novelas de Bannalec, es sorprendente y demuestra la capacidad de Dupin para «ver» lo que los demás ignoran. El final no solo resuelve el caso, sino que también arroja luz sobre las relaciones y motivaciones de los personajes involucrados, proporcionando una comprensión más profunda de la complejidad de la trama.
Opinión Crítica de Dos Muertes En Belle-Île (Comisario Dupin 10)
«Dos Muertes En Belle-Île» es, sin duda, uno de los casos más disfrutables del Comisario Dupin. Jean-Luc Bannalec logra, como siempre, reconstruir un microcosmos social tan rico y peculiar como el de Belle-Île, dotándolo de una atmósfera opresiva y llena de secretos. La isla, con su belleza agreste y sus paisajes inspiradores, se convierte en un escenario perfecto para un thriller policial, donde la ambición, la codicia y la venganza se entrelazan con un misterio intrigante. La novela mantiene un ritmo ágil, con una trama bien construida y personajes complejos, lo que la hace muy adictiva al lector.
La fuerza de la novela reside en la capacidad de Bannalec para crear un personaje tan singular como Dupin. Su lógica implacable y su enfoque desinteresado en la resolución del crimen lo convierten en un héroe poco convencional, pero al mismo tiempo muy eficaz. Además, la novela está llena de detalles que enriquecen la trama, desde la descripción de los paisajes de la isla hasta la reconstrucción de las relaciones entre los personajes. Sin embargo, es importante señalar que, como en otras novelas del Comisario Dupin, la acción se centra casi exclusivamente en la deducción lógica. La novela, por lo tanto, está orientada a los lectores que disfrutan de los acertijos y las pistas, y que se sienten atraídos por la lógica implacable de Dupin. Es una obra que recomiendo a los aficionados al género del thriller policial, así como a los lectores que aprecien la inteligencia y la originalidad de Jean-Luc Bannalec. “Dos Muertes En Belle-Île” es un excelente ejemplo del estilo de Bannalec y una lectura muy recomendable.


