2022: AÑO SARAMAGO
Los diarios de un escritor puesto en compromiso transcurrido el tiempo y con el planeta que le tocó vivir.
«Lanzarote no es mi tierra, pero yaes tierra mía».
«Escribir un diario #señaló el Nobel portugués# es como mirarse en un espejo de confianza, adiestrado para editar en belleza la fácil y natural fachada o, en el peor caso, tornar soportable la máxima fealdad. Absolutamente nadie redacta un diario para decir quién es. Con otras expresiones, un diario es una novela con un solo personaje. O aún con otras expresiones, y finales, la cuestión central siempre generada por esta clase de escritos es, de esta forma lo creo, la de la honestidad».
En el mes de febrero de 1993, en el momento en que estableció su residencia habitual en la isla de Lanzarote, José Saramago recibió un obsequio: un cuaderno que sirviera de registro de sus días canarios. Jamás llegó a escribir nada en él, pero «así, y no por otras vías, nacieron losCuadernos de Lanzarote, que durante cinco años vieron la luz».
La política, la sociedad, la literatura, la vida, los afectos, los recuerdos, las ideas, los paisajes, los escritores estimados, las lecturas, la familia, los amigos… Nada escapa en este libro, que cubre el intérvalo de tiempo entre 1993 y 1995, a la mirada lúcida de José Saramago, un autor puesto en compromiso hasta el final con su tiempo y con el planeta que le tocó habitar.
La crítica dijo:
«Saramago vuelve comprensible una situación huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».
Comité Nobel
«Un hombre con una sensibilidad y una aptitud de ver y de comprender que están muy por encima de lo que en general vemos y entendemos los comunes fatales».
Héctor Abad Faciolince
«Saramago es un ejemplo, un estilo dignísimo de vida y literatura, que demuestra la posibilidad de andar a contracorriente […]. Su palabra tiene el valor de un anticongelante, de un remedio personal contra los vendavales de cinismo que nos envuelven».
Luis García Montero
«Yo no sé, ni deseo saberlo, de dónde ha sacado Saramago ese diabólico tono narrativo, duro y piadoso a un tiempo, […]que le permite contar tan cerca del corazón y a la vez tan cerca de la historia».
Luis Landero
«Saramago redacta novelas sobre los mitos para desmitificarlos, […] siempre para emprender la verdad que le circunda, para intentar los inconvenientes actuales que son de todos, y a fin de que todo quede claro desde el comienzo».
Rafael Conte,Babelia
«Como Günter Grass o Cees Nooteboom, Saramago intenta linkear con un público que desborde límites nacionales».
ElPaís