La narrativa de «Confesión De Un Sicario» se centra en la vida de Drago, desde sus inicios como ejecutor en el cártel, hasta su posterior ingreso al Programa de Presentes Protegidos de la Procuraduría General de la República (PGRE). La obra se estructura cronológicamente, pero no de una manera lineal y ordenada. Reyna teje una narrativa fragmentada, a través de recuerdos, confesiones y descripciones detalladas de las ejecuciones que Drago ha llevado a cabo. Esta estructura refleja la propia mente de Drago, atormentada por la violencia que ha presenciado y perpetrado, y la constante lucha por mantener un equilibrio mental.
El libro desglosa meticulosamente las diferentes etapas de la vida de Drago, mostrando su ascenso en el cártel, sus brutales métodos, y las constantes amenazas y traiciones que lo rodeaban. No se rehúye en mostrar el horror de las ejecuciones, detallando los procedimientos, las víctimas, y el impacto psicológico en Drago. Además, se revela la profunda conexión de Drago con el mundo del narcotráfico, explorando las dinámicas de poder, las alianzas y rivalidades, y el constante riesgo que corrían. La figura de Drago no es simplemente la de un asesino, sino un producto de su entorno, un hombre moldeado por la violencia y la desesperación.
A medida que Drago se convierte en miembro del Programa de Presentes Protegidos, la narrativa se vuelve aún más compleja. El libro explora los motivos que lo llevaron a buscar protección, la corrupción que permeaba el sistema judicial, y la dificultad que enfrentaba para escapar de su pasado. El programa, en lugar de ser un refugio, se convierte en una trampa, un nuevo nivel de complicidad que lo exponía a un mayor riesgo. La figura de Drago se transforma en una víctima, atrapada en un ciclo de violencia e incomprensión. El libro critica implícitamente al Estado mexicano, mostrando la ineficacia de las instituciones y la corrupción que las debilita.
El libro se construye a partir de la relación intensa y perturbadora entre Reyna y Drago. Desde el inicio, se establece un vínculo basado en la necesidad de entender la mente de un hombre que ha dedicado su vida a la violencia. Drago, a pesar de su pasado oscuro, se muestra dispuesto a compartir sus experiencias, a revelar sus horrores y a explicar sus motivaciones, aunque con una notable falta de remordimiento. El lector se adentra en un mundo de traiciones, asesinatos y manipulación, descubriendo que la línea entre la víctima y el verdugo es, a menudo, muy delgada.
Reyna consigue, mediante sus preguntas y su estilo narrativo, que Drago revele detalles impactantes sobre sus ejecuciones. Se describen con una precisión escalofriante los métodos utilizados, las armas empleadas, y el sufrimiento de las víctimas, así como el impacto psicológico en Drago. No se trata de una glorificación de la violencia, sino de una representación cruda y despiadada de sus consecuencias. A través de la voz de Drago, se expone la realidad del narcotráfico, no como una historia de héroes y villanos, sino como un negocio inhumano que destruye vidas y corrompe instituciones.
La inclusión del Programa de Presentes Protegidos es un elemento crucial de la narrativa. El libro explora los motivos que llevaron a Drago a buscar protección, incluyendo su creciente paranoia, su desconfianza en las autoridades, y su incapacidad para escapar de su pasado. Sin embargo, la protección que recibe es, en realidad, una nueva forma de control, un vínculo aún más estrecho con el poder corrupto. A través de este programa, se expone la fragilidad del sistema judicial mexicano, su capacidad para ser manipulado y utilizado por aquellos que están en el poder.
Opinión Crítica de Confesión De Un Sicario: Un Testimonio Necesario y Desafortunadamente Perturbador
«Confesión De Un Sicario» es un libro que se queda grabado en la memoria del lector. Es una obra perturbadora y, a veces, dolorosa, pero también es un testimonio necesario sobre la realidad del narcotráfico y la corrupción en México. El estilo narrativo de Reyna, directo y sin adornos, contribuye al impacto de la historia, sin intentar suavizar el horror. El libro no es una lectura fácil, pero su valor reside precisamente en su capacidad para confrontarnos con la verdad, por más incómoda que sea. Este libro es un advertencia, una llamada de atención para que se tomen medidas para combatir el crimen organizado y la corrupción.
La fuerza de la narrativa radica en la voz de Drago, un personaje complejo y contradictorio. Aunque se describe como un asesino, también se muestra como un hombre vulnerable, atormentado por su pasado y sus acciones. La relación entre Drago y Reyna es fundamental para la construcción de la historia. A través de sus encuentros, Reyna logra acceder a la verdad, a desentrañar los secretos de Drago, y a comprender la lógica de un mundo donde la violencia y la corrupción son la norma. La obra, sin duda, se erige como un importante documento histórico, un testimonio invaluable de una época turbulenta en la historia de México. Es una lectura que se recomienda a aquellos que deseen comprender mejor las raíces del problema, y a todos aquellos que estén dispuestos a confrontar la oscuridad que acecha en el corazón de la sociedad.


