«Anarkherria» surge de una serie de conversaciones y reflexiones, iniciadas en 1986, entre Jakue Pascual y Mark Legasse, un conocido teórico del abertzalismo. La semilla de la obra se plantó a partir de una carta de Legasse, publicada en la revista Egin, que Pascual contestó con una colaboración propia, dando lugar a un diálogo intenso y prolífico que exploraba las raíces históricas y las implicaciones políticas del anarquismo en el contexto del nacionalismo vasco. Más que un simple ensayo, «Anarkherria» se estructura como una serie de
y la
que enmarca toda la reflexión, donde se analiza la necesidad de la violencia frente al peligro de la misma. A su vez, propone la búsqueda de estrategias de resistencia no violentas, basadas en la organización social, la educación y la movilización popular.
El libro se articula en torno a varios ejes temáticos que explora la relación entre abertzalismo y anarquismo. Uno de los aspectos centrales es el análisis de las
de diferentes ideas y corrientes de pensamiento, mostrando cómo el abertzalismo y el anarquismo se alimentaban mutuamente y se complementaban en su lucha contra la opresión y la dominación.
Otro pilar fundamental de la obra es el análisis crítico del
de la liberación y la transformación social, su profundo análisis de las contradicciones del abertzalismo y del anarquismo, y su compromiso con la realidad social y política del país, la convierten en un texto imprescindible para cualquier persona interesada en la historia y en el futuro del país. La audacia intelectual y la inteligencia con la que Pascual y Legasse abordan los temas más complejos de la época, la sincero compromiso con la verdad y la justicia, y el profundo conocimiento que demuestran sobre la historia y la sociedad vasca la hacen una obra considerada como un hito.
No obstante, «Anarkherria» no está exenta de criticas. Algunos observadores consideran que la obra tiene ciertas limitaciones en su análisis de la violencia, argumentando que Pascual y Legasse no suficientemente reconocen la necesidad de la violencia revolucionaria en ciertas circunstancias, especialmente en la lucha contra el fascismo y el autoritarismo. Sin embargo, es importante recordar que «Anarkherria» fue escrita en un momento de intensa tensión y conflicto, y que Pascual y Legasse debían tener en cuenta las circunstancias históricas y políticas de la época. La obra, en definitiva, es un documento de su tiempo.
A pesar de estas críticas, «Anarkherria» continúa siendo una obra relevante en el presente. Su planteamiento de los problemas y sus reflexiones siguen sintiendo hoy como un llamado a la acción, y su mensaje de libertad, justicia y solidaridad es tan fuerte como si hubiera sido escrito hace cuarenta años. Se recomienda, sin embargo, leerla con cautela, y con consciencia de las limitaciones de su visión del mundo, pero también con respeto por la inteligencia y el compromiso de Pascual y Legasse. «Anarkherria» es una obra que invita a la reflexión y al debate, y que contribuye a formular nuestra propia visión del mundo.
