Partiendo del aforismo teresiano ?amor saca amor? (Vida 22,14), el creador proporciona un grupo de reflexiones suscitadas por la meditación de la revelación del amor de Dios a través de su Hijo Jesucristo, fundamentadas en siete relaciones, ?los siete amores de Dios?. Si bien el cariño de Dios es fundante de toda vida, las reflexiones parten de la verdad más inmediata, nuestro sujeto, que, por distintos motivos, puede encontrarse en instantes de prueba y turbación. Si acogemos el cariño de Dios, manifestado en su Hijo Jesús, tendremos capacidad de devolver amor, de corresponder al amor recibido: ?amor saca amor?. Por la experiencia de sabernos amados y llamados por Jesús a ser de los suyos, podemos asumir la vocación específica, según la manera de vida cristiana a la que cada uno se siente llamado, como misión jubilosa y testimonio necesario.