«MIEMBROS DEL EJÉRCITO SIMBIÓTICO DE LIBERACIÓN (SLA), equipados con armas cargadas de cianuro y bajo el extraño símbolo de una cobra de siete cabezas, raptaron en el mes de febrero de 1974 a Patty Hearst, la hija del magnate de la comunicación William Randolph Hearst. Conforme pasaba el tiempo, la raptada fue mutando hacia una nueva identidad, hasta su asombroso aparición, escasos meses después, portando un fusil de asalto a lo largo del atraco a un banco. Patty Hearst, así como ella misma anunció, había muerto: a partir de ese instante sería Tania, la histórica guerrillera que luchó al lado del Che. A partir de ahora llamadme Tania. Crónica de una guerrillera simbiótica, recoge, entre otros muchos materiales, la transcripción de las cintas que, depositadas en cabinas de teléfono o mandadas a radios piratas, ella y otros integrantes del SLA grabaron y enviaron a la familia Hearst durante los meses que duró el secuestro.
Con una docena de integrantes aproximadamente, el SLA fue uno de los conjuntos terroristas mucho más pequeños y extraños que jamás hayan existido. Exactamente la misma la familia Manson, quizá logre entenderse en ese específico marco californiano que todavía es un secreto para la mayoría de los extranjeros. Walter Laqueur, Terrorismo.»
Con una docena de integrantes aproximadamente, el SLA fue uno de los conjuntos terroristas mucho más pequeños y extraños que jamás hayan existido. Exactamente la misma la familia Manson, quizá logre entenderse en ese específico marco californiano que todavía es un secreto para la mayoría de los extranjeros. Walter Laqueur, Terrorismo.»
