Abril de 1941, Romsey, Inglaterra. Hace más de veinte años que Josephine Fox, Jo, no pisa el pueblo en el que nació. Jamás supo quién era su padre y su madre nunca charlaba de él, tampoco su abuelo controlador. Siendo hija ilícita, siempre y en todo momento fue la vergüenza de la familia. No obstante, un día escoge regresar al que fue su hogar a pesar de todo para conocer el misterio que se oculta tras su nacimiento, un misterio que su familia ha guardado celosamente durante años. En el momento en que llega al pueblo, terminan de hostigarlo los alemanes, y todos se afanan en buscar entre los escombros a los que estaban en el pub en aquel momento: siete personas. Sacan los cadáveres, pero la sorpresa llega cuando, en lugar de siete cuerpos, aparecen ocho. El octavo es el de una joven a la que nadie afirma comprender. ¿Quién es? ¿De qué forma llegó allí? Y, lo más esencial, ¿quién la mató? Jo decidirá investigar la situacion con el apoyo de Bram Nash, un antiguo amigo y el forense local, para conocer quién era esa chavala. Lo que ella no espera es que, al hacerlo
desvelará asimismo su pasado.