Ellas son guisanderas en activo, con restaurantes desperdigados por toda la geografía de Asturias, y asimismo retiradas, que siguen manteniendo esa buena mano en la cocina, la misma que tuvieron durante sus largos años entre fogones.
Estas cocineras tiene numerosos reconocimientos de todo tipo, pero quizá del que mucho más orgullosas están es de la concesión en 2021 de la Medalla de Asturias, que entrega el Principado, en su categoría de plata, en reconocimiento a su aportación a la gastronomía y a la cultura asturianas, tal como su indudable valor en la reivindicación del papel de la mujer.
Dice la periodista Ana Paz Paredes en el prólogo de este libro: «De hecho todas y cada una de estas mujeres nos demostraron, desde el mismo día que eligieron sumarse para pelear juntas por una cocina asturiana genuina y con raíces, que precisamente ese amor, junto con la experiencia y unas buenas materias primas, es el ingrediente mucho más fundamental para que todo les salga tan rico y tan evocador».